Un avance peligroso, unos abuelos con complejo de vaca y un baño piscinero sin llanto.

Ya estoy aquí, he estado desconectada, porque aunque terminaron nuestras minivacaciones, el padre de chiquipiturra se incorpora mañana tras 18 días de descanso. Así que, aunque hemos estado en Madrid, no hemos parado de hacer cosas juntos, ir mucho a la pisci y descansar!!

Vega me sorprende cada día un poco más, entre sus nuevas habilidades está la de voltearse hasta ponerse boca abajo, algo de lo que me debería alegrar si no fuera porque también lo hace durmiendo y me pongo histérica cada vez que la veo por la cámara. Durante el día, no pasa nada, si se gira, voy corriendo y la pongo boca arriba, pero por la noche, la cosa se complica, duermo intranquila, me despierto para verla y si caigo rendida y en un momento de apertura de ojos veo a chiquipiturra apotronada contra el colchón, pongo el gachetocoheteenelculo y mientras recorro los 2 metros escasos que hay hasta su habitación voy pensando ¡esta niña se me asfixia un día!

La historia es que yo he dormido toda mi puñetera vida boca abajo y sin almohada, de hecho lo pasé fatal en el embarazo, si me ponía de lado, me sobraba un brazo, cuántas noches de insomnio por la incomodidad de la postura habré pasado pensando en lo útil que sería que nuestro cuerpo fuera como el de las barbies, para poder dejar el brazo-incordio apoyado en la mesilla hasta la mañana siguiente. Y, si me ponía boca arriba me sentía súper desprotegida. El resultado fue muchas noches en vela por no encontrar la postura idónea.
Pero, ahora te dicen y repiten hasta la saciedad que los bebés siempre boca arriba, que se evitan más muertes súbitas y claro sólo escribir este término, hace que me suba un escalofrío por el cuerpo que pa´qué! El resultado, noches en vela, con palillos en los ojos para evitar la dichosa posturita.

A día de hoy, puedo decir que Vega tiene unos abuelos que la quieren un montón (eso no lo ponemos en duda) pero que son pesados a más no poder (esto tampoco lo ponemos en duda). Tanto a los abuelos paternos como a los abuelos maternos se les ha ido de las manos el nacimiento de chiquipiturra.

Los abuelos-papás se llegaron a comprar una cámara web para verla todos los días, el papá de chiquipiturra llegaba de trabajar y enchufaba la webcam y ¡Ta chán, gran hermano 24 horas!...envía un mensaje con la palabra SALVAR al 7788....De lunes a viernes, mi chico tiene un horario jodido, normalmente hasta las 21:00 no llega a casa, a veces un poco antes y otras un poco después. Como madruga un montón, sobre las 23:30, 00:00 está dormido. En esas dos horas y media o tres realizamos las siguientes actividades: sacar a Homer, bañar a Vega, dar de cenar a Vega, dormir a Vega, ducharse papá, mamá prepara cena, cenamos los dos, se ducha mamá, cuando nos sentamos un rato en el sofá para hablar, ver la tele o simplemente estar juntos, es la hora de irnos a la cama. Si a todas estas tareas sumamos los 10 minutos de rigor para ver a los abuelos-papás, ese ratito en el sofá queda suprimido. Así que, por el bien de todos, o al menos nuestro bien como pareja, la cámara web se estropeó (no intencionadamente) y por ahora no la hemos reparado.
Los abuelos-mamás, no se quedan cortos. Como con la tecnología no se llevan bien no hay problema de vivir un gran hermano en directo, pero el telefonillo de casa se les da de miedo, ¡hola, qué tal, ábrenos, estamos aquí! ¿Aquí dónde? Pues aquí en tu portal. Pero, si no me habíais dicho nada. Ya, es que se le acaba de ocurrir a tu padre, y hemos dicho pues vamos a verlos, si no están nos damos la vuelta. ¡Eo, ¿conocéis ese artefacto que sirve para comunicarse y avisar que vas a casa de alguien?Está comprobado que no.
A mí me gusta visitarlos o que nos visiten para que vean a Vega y enseñarles todos sus progresos, pero, las obligaciones no me gustan. Y, desde hace 4 meses y 22 días las visitas se han convertido en una auténtica obligación. Todos los fines de semana vamos de un lado para otro para contentar a ambas partes, pero a veces, me da la sensación que ninguno piensa en nosotros tres como familia. Salvo estos días de vacaciones, no hemos tenido un fin de semana libre para estar los 3 juntos todo el día y disfrutar de Vega, sin compromisos familiares y sin horarios establecidos por madrugones laborales. Y, si en algún momento se nos ha ocurrido intentar explicárselo, quizás no hemos sabido hacerlo. El chantaje emocional se les da de miedo a las abuelas en concreto y no entienden que lo lógico es que se debe llamar antes de ir a ningún lado, y si lo hacen, creen que somos un "24 horas, abierto todo el día".
El resultado, noches en vela, por no saber cómo afrontar la situación.

Y, para acabar, hace unos 20 días compramos a chiquipiturra una piscina hinchable con forma de seta para bañarla. Como el agua de la ducha salía bastante fría, Vega nos decía que tururú cuando intentábamos refrescarla. Los abuelos-papás han comprado una piscina grande para el patio, en uno de estos fines de semana de TENÉIS que venir, porque TENÉIS que mojaros el culo en el charco, decidimos meter a chiquipiturra con nosotros porque el agua era como un caldo, al principio ponía cara rara, pero después chapoteó y aguantó bastante. Así que, cuando llegamos a casa, al día siguiente probamos a meterla en la de nuestra comunidad, que está un poco más fría pero no tanto como la ducha y encantada de la vida que estaba. El resultado, piscina con forma de seta desinflada por no usar, ¡menos mal que esto no me provoca noches en vela!