Más vale tarde que nunca

Pues el sábado me hice mi primer regalo del día de la madre, más vale tarde que nunca...y, es que, en un principio, el padre de chiquipiturra me quería regalar un móvil con el rollo este de los puntos. La verdad que me hace falta renovarlo, tengo una blackberry de hace unos cuantos años, pero para lo que yo la uso viene fenomenal.

Así que, después de llamar mil veces a otras compañías para ver que teléfono me regalaban, hablar con mi compañía para saber si mejoraban la propuesta, visitar todas las webs habidas y por haber de compañías de teléfono móvil, mirar y requetemirar, llegué a la conclusión de que nuestro consumo mensual es más bien bajo, así que, lo que te ofrecen suele ser una caquita.
Por tanto, decidí que ya no quería móvil. Total, al padre de chiquipiturra le hace más ilusión estas tecnologías que a mí.


Al final, heredo su teléfono y él se ha cogido un megasupermóvilsmarthponedeúltimageneración.
Cómo echo de menos ese one touch easy amarillo que me regalaron mis padres, mi primer móvil, tenía 10 o 12 melodías y una pantalla que sólo cabía el nombre y el número de teléfono (saber quién te llamaba y poder mensajearte con la gente era todo una novedad). Tenía un tamaño similar a un ladrillo y una antena que podía servirte como arma contra tus enemigos. ¡Ay, qué tiempos aquellos!


Finalmente me decanté por este tatuaje. Siempre había dicho que me tatuaría el nombre de mis hijos y esto sí que me hacía especial ilusión. Vega, es la quinta estrella más luminosa del cielo nocturno, así que, este fue el resultado.