A pesar de lo bueno, bonito y barato que es dar el pecho, después de 15 días llorando por unas grietas ensangrentadas, por tener pánico a dar de mamar, por preferir que Vega estuviese dormida para no darla de comer, tomé la decisión de abandonar la lactancia materna y empezar con el biberón.
Lo intenté todo sin éxito, me compré unas pezoneras, utilicé las conchas para que no me rozara la ropa en los pezones, no salía casi de casa para estar todo el día con las tetas al aire, además de darme purelan a todas horas. También estuve sacándome leche durante 2 días en uno de los pechos, porque Vega me había arrancado un cachito de pezón con sus chupetazos.
Lloraba mucho y todo el mundo me aconsejaba que lo dejara, menos mi madre, que seguía apoyando la lactancia materna y yo, a pesar de los dolores, quería seguir. Había días muy buenos, en los que estaba súper positiva y otros muy malos que estaba súper negativa.
Cuando llegué a pensar que Vega durmiera un poco más para no alimentarla, dije hasta aquí he llegado. Se supone que dar de mamar es algo que tenemos que disfrutar las 2. Ella empezaba a no disfrutarlo porque mi pánico hacía que tardara casi 15 minutos en engancharla, así que la pobre se desesperaba y berreaba como si no hubiera mañana.
Era un querer y no poder, la verdad que era muy frustrante y me dio miedo entrar en la depresión postparto.
La primera noche del bibe durmió 3 horas del tirón, antes no lo hacía, porque entre el tiempo que tardaba en engancharse, el tiempo que mamaba y el tiempo que tardaba en echar los gasecillos, empalmaba una toma con la otra. Así que, quizás sea un poco egoísta, pero esa noche descansé un poco más.
Desde entonces, mi vida cambió y mi perspectiva también. No somos peores madres por alimentar a nuestros hijos con leche artificial. Y, la verdad, viendo día a día a Vega, sus progresos, como sube de peso y lo feliz que está (esto lo sé, porque no para de reírse) hace que yo también esté muy feliz y contenta.
A pesar de las cosas positivas que tiene el biberón, como ya he dicho en otra ocasión, no hay toma que no me acuerde de dar de mamar (que tiene muchas más cosas positivas). Incluso, os confieso, que una semana después, cuando los pezones estaban casi curados intenté darla el pecho, pero ya no había suficiente leche. Pensé en relactar, así que me informé de cómo podía hacerlo, pero me dio miedo fracasar y volverme a llevar una desilusión. Finalmente, me quedé con el biberón.
Os animo a todas a que experimentéis la sensación más bonita del mundo que es amamantar a vuestros hijos, pero si por cualquier motivo no podéis o simplemente no queréis, no os sintáis peor que nadie.
Ánimo y no te preocupes. Por lo menos estuviste 15 días; mejor eso que nada. Has tenido mala suerte.
ResponderEliminarDisfruta de tu pequeña porque se pasa todo demasiado rápido; te lo digo yo que este verano pongo 4 velas a mi niña, dos a mi niño y tendré mi tercer bebé entre mis brazos. Y parece que fue ayer cuando empecé esta aventura.
Si necesitas algún consejo, puedes escribirme a diminuka@hotmail.com
Un saludo
Muchas gracias por tu apoyo!....es verdad que el tiempo pasa volando, asi que disfruto cada día de mi pequeña!!!...
ResponderEliminarQue te vaya todo bien este verano y tengas una horita corta!!!...mientras tanto a cuidar de tus pequeños!
saludos
Ay, qué tema tan complicado.
ResponderEliminarYo también fracasé, después de luchar casi mes y medio y también pensé en relactar variso meses después...
Un abrazo, guapa.
MI nena cumple hoy 4 meses. y tambien sufri harto el primer mes de lactancia.. pero a mi poder llegaron las pezoneras.. no eliminaban el dolor al 100% pero lo calmaron lo suficiente como para aguantar hasta que nos acostumbramos las dos.. en todo caso.. sigue adelante y no hay problema... mientras le des todo tu amor...
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