Un regalo muy especial, o eso me parece a mí. Fácil de hacer, un recuerdo para toda la vida. Lo veo en el estante de unas grandes superficies, iba a comprar el regalo de
H. El luchador (aprovecho para decir, que está felizmente en casa, con sus padres, y casi con 3 kilos de peso, si no los tiene ya.) y acabo pagando una cosa para el papá de
chiquipiturra cuqui.

Abro la caja, leo, releo, vuelvo a releer las 7 líneas escasas que vienen en las instrucciones. Es fácil, lo tengo clarísimo. Me lavo a conciencia las manos, abro la bolsa que contiene una plasta blanca homogénea que hay que amasar, yo que en mi época de estudiante trabajé en tiendas de ropa y no en Telepizza, cojo el rodillo y me pongo a amasar, no rueda, el rodillo se ha llenado de trozos blancos, si lo sigo pasando la pasta se sigue pegando, entonces hago asociación de ideas
amasar-manos-anuncio pizza volando de Telepizza, pero el desastre continua, ahora se me pega en las manos, me tiro despegando cachitos un buen rato, Vega se empieza a cabrear porque quiere que la coja y yo con las manos en la masa.
Como el rodillo que adjuntan está inutilizable por la cagada anterior, se me ocurre pillar el rodillo que tengo yo, cuya diferencia de tamaño es básicamente de 30 centímetros. Así que, ahí estoy yo, dispuesta a aplastar la masa en forma de cuadrado, para poder apoyar la huella de mi bebé.
A la primera me sale fatal, vuelvo a hacer una bola, venga, otra vez más. No me sale cuadrada. Otra vez, pero bueno ¿qué es esto?una astilla del rodillo, me acerco aún más, un pelo de gato incrustado en la masa, pelusillas varias....¿Qué
cojones cáspitas he hecho mal, si estoy en superficie limpia y manos lavadas?
Me empiezo a frustrar, si ponía que era fácil. Ya tengo el cuadrado, llega lo mejor, apoyar el pie de Vega. Cojo su pie y sin pensármelo lo planto en la masilla. Ella que no se que tendrá con los pies, que además de que no hay quien la calce, estira los dedos y los separa a más no poder, la huella parecía la zarpa de un minidinosaurio y no la de un bebé de 8 meses. Vuelve con el rodillo para quitar la huella. Así tres veces más ¿Os hago un croqui de la cantidad de mierda que acumuló la plasta u os podéis hacer una idea?
Finalmente conseguí una huella medianamente digna de enmarcar. Vamos, no lo intenté más porque sino la masa se hubiera desintegrado en el espacio.
Después de esta experiencia tan mala con las manualidades, vivo acojonada con la llegada de la asignatura de Plástica en la vida de Vega. Tengo unos años para ir practicando.

Ayer fue el primer día de Vega en natación, le encanta el agua, chapotea, se ríe y se lo pasa genial. Yo me moría de la risa verla con el gorro y el bañador. Es la más pequeña del grupo. Así que, los ejercicios los hacía yo, ella se dedicaba a salpicar de la emoción y a chupar los muñecotes que teníamos que llevar de un lado a otro.
Otro de los ejercicios era pasar por una tabla, bien andando o bien gateando y tirarse con la mamá al agua. Mi cuqui se plantó en la colchoneta y se quedó mirando a todos los presentes. Ni anda ni gatea, así que a volar y al agua.
La clase se terminó jugando al corro de la patata y cuando decíamos "Achupé, achupé, sentadita me quedé" había que meter la cabeza en el agua, salir y aplaudir. Cuando salió me miraba con cara de qué me has hecho, pero no lloró ni nada.